martes, 22 de abril de 2008

Sigue la historia

El Espacio para la Creación Joven y la Biblioteca Municipal de Coria, ponen en marcha este proyecto, en el que debemos leer la historia y escribir la continuación seguidamente. El principio del texto pertenece a María Guillerma Núñez Fernández y se llama Extremaydura por nombre.
EXTREMAYDURA POR NOMBRE
Todos escupieron en sus sueños, todos riéronse ante su presencia, todos tiraron de la cuerda para estrangular su fino cuello, todos.
-¡la utopía se queda en su nombre!-Decían pero...
-¿Cómo caminar sin antes dar un paso?,¿Cómo volar, sin antes batir alas?¿Cómo nadar sin antes besar el agua?¿Cómo?-preguntó ella.
Tras preguntar, todos sordos.
El águila que antes había defecado en su sino ya no reía, las comadres retrógradas que criticaban a quién metía entre sus sábanas ya no parlaban. Nadie quería responder, quizás temieran hacerlo, quizás no encontraban respuesta.
Y en un suspiro pálido de reflejo del banco en aquel juicio popular, soltase sus morenos bucles, y henchidos en fuerza gritó.
-Y aquí estaremos,
¡EN PIE!
Sin temer que nos escupan.
Desterrados del rebaño
por luchar contra su cauce.
¡Y GRITANDO!
Como gritan las cunetas cada 14 de abril.
Aquí estamos,
¡EN PIE!
Sin más bienes que unos versos,
esquivando a las naciones
que nos quieran devorar.
Sin temerle a los "valientes"
que nos vengan a domar.
Aquí estaremos
¡EN PIE!
Para reírnos del cielo
sabiendo que en el ocaso
sólo quedará el cemento.
"Y a galopar, a galopar
hasta enterrarnos en el mar"
para ahogar a las gaviotas
que nos quieran arrastrar,
cual FANTASMA
henchido en ASIA
aplastando al capital.
¡Y DE PIE!Siempre de pie
seguiremos caminando,
compañera dignidad,
desterrados del rebaño
para no volver..............¡JAMÁS!
Tras su canto, todos quedaron mudos.
El jornalero, el albañil, el obrero, el labrador, el aceitunero, el minero, el cabrero, cual alguacil juntaron sus turbias manos y entre sollozos de un pueblo rompieron las cadenas de aquella niña morena, juzgada ante el penal acusada de rebelde por luchar contra un sistema.
Y levantaron sus voces, y corrieron por la plaza del pueblo gritando el nombre de quien por tercera vez daba impulso a la prole:
¡EXTREMAYDURA, EXTREMAYDURA!, !AY CARMELA, EXTREMAYDURA!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaban tan tranquilos por haber liberado a la niña cuando de repente aparecen miles de personas colocadas en fila ocupando toda la plaza.
Los que habían liberado a la niña se paran en seco, esconden sus voces y se quedan totalmente extrañados buscando preguntas en su interior. En pocos segundos se escucha una voz grave que era lanzada desde el interior de la plaza y decía:

"NO OS EMPEÑEIS EN CAMBIAR EL SISTEMA, PORQUE EN LA VIDA LO CONSEGUIREIS, NOSOTROS SOMOS MÁS Y NO OS LO PERMITIREMOS"

ECJ/ Biblioteca Municipal de Coria dijo...

De repente, un gran estruendo irrumpió en medio de la muchedumbre, provocando un silencio sepulcral. Parecía que, por un segundo, el mundo se había parado. Los cuerpos presentes fueron invadidos por una extrema sensación de paz interior creando en la atmósfera, una brisa que parecía levantarte los pies del suelo...a partir de ese instante, supimos que éramos libres, por fin lo habíamos sentido en nuestras propias carnes...

Anónimo dijo...

El ejército del tirano se había venido abajo, las casas se habían desmoronado. Alrededor del grupo se extendía el vacío, el silencio, la nada, el más absoluto infinito. Y poco a poco, todas las personas se fueron alejando. Y con el tiempo, todas ellas se separaron hasta límites en los que sus memorias consiguieron borrar el horror, la opresión y el motivo que les había impulsado a caminar. Y poco a poco, cada uno de ellos fijó su sitio, en lugares nuevos y desconocidos y dieron lugar a distintos grupos y éstos a otros más. Con el paso de los años, todo quedó olvidado.

Y entonces, todo volvió a comenzar...

Ignacio Javier (Nacho) dijo...

No hacia ni siquiera diez años que el terror que les hizo moverse de sus anteriores hogares se había esfumado y vuelven las pesadillas. Ahora, más viejos los jóvenes que sobrevivieron no pueden dejar de pensar en qué han fallado para que sus hijos tengan que sufrir otra vez lo mismo que ellos.
Las carreras al escuhcar las sirenas, el llanto del niño abrazado a su madre, el olor a carne quemada, y los charcos de sangre recorrian otra vez más el día a día en las ciudades.
Pocos de los que ya lo sufrieron son positivos a la hora de ver la situación. -No hay esperanza, ahora no- es lo que más repiten los que ya lo vivieron, y por desgracia, es verdad... han vuelto , son más, mejor preparados y con sed de venganza.
Ya no existe la valentia de antaño, ni la ilusión, ni lo motivos que hicieron llevarls a la victoria, más bien lo contrario.
Otra vez la sirenas, el llanto, el olor, la sangre... la muerte.

Anónimo dijo...

A la mañana siguiente, el sol volvió a lucir sobre la ciudad. Todo estaba en calma. Solo se oían los pasos de una niña que caminaba por los escombros gritando "?Mamá, dónde estas?" Al cruzar una esquina, se encontró de frente con ul soldado. La niña estaba demasiado cansada para salir corriendo y huir. Los ojos del soldado se clavaron en los de la niña. Permanecieron unos segundos así. El hombre se agachó y le ofreció el bocadillo que se estaba comiendo. La niña lo cogió y se lo comió rápidamente. Hacía días que no probaba bocado. El soldado le acarició el pelo y siguó su camino. Otra vez el sonido de las sirenas alertaban de un ataque inminente y la niña huyó a una casa abandonada a refugiarse.

Anónimo dijo...

Al entrar en la casa, se quedó asombrada por lo que allí había. Vió como aquella casa que parecía estar abandonada era todo lo contrario.
La niña empezó a escuchar numerosa gente hablando, el ruido provenía de debajo de sus pies. Más tarde la niña levantó la polvorienta y sucia alfombra que allí se encontraba y descubrió una trampilla. Asustada, la niña se decide a abrirla...